Perspectiva Vital

"La perspectiva es el arte de dibujar objetos tridimensionales en una superficie bidimensional para recrear la profundidad" http://es.wikipedia.org/wiki/Perspectiva.

El resultado es un objeto que no existe y que además muta en función de quien lo mira. Nadie (que yo conozca) como Escher en Relativity (1953) puso esto tan en evidencia
http://www.mcescher.com/.

Imagino que todo niño pequeño no se sorprende más al ver la persona subiendo la escalera cabeza arriba que si la viera cabeza abajo. Al crecer la realidad se nos va haciendo dura y nosotros endurecemos con ella.

Cuando ya somos especialistas en rigidez, cuando ya no nos queda ni una gota de flexibilidad mental, cuando logramos abandonar la cruda adolescencia, nos convertirnos en rígidos adultos.

Pobres aquellos que no obtienen un master en rigidez, ellos son excéntricos, infantiles, inmaduros.

Pero ¡Maravilloso!, a ese “adulto” se le ha ocurrido una solución “original”. Es un genio, merece el reconocimiento y elogio de todo el resto del universo.

Desconozco la teoría que explique este comportamiento pero, si como Borges cita a Bacon que, según su propia lógica (la de Bacon), cita a alguien más, aunque omitió mencionarlo, “si aprender es recordar, ignorar es de hecho haber olvidado” (aunque también cabe la posibilidad de que Bacon estuviera equivocado), esa teoría debe existir.

A mí no me queda duda que estamos ante una humorada, aunque no todos tengamos el sentido del humor necesario para reírnos de ella.

¿Tendremos profundidad o solo somos una representación en perspectiva sobre una superficie plana que un Eschert dibuja y borra según su humor temporal?

Si la vida es el instante que va del punto en que un capricho del universo decide combinar nuestras dos células primas hasta el instante en que la última idea abandona nuestro cuerpo, ¿qué más armadura que la perspectiva tenemos para transitarla?

El universo se me presenta como un instante en el que Dios ha dejado escapar una idea mientras meditaba sobre cómo sería este si decidiera crearlo.

Sentado desde esa perspectiva, sólo veo el hoy y ahora.

Uno podría ser en boca de un galeno un simple “usted no está embarazada” espetado a tu madre, o un “señor, he tenido que reservarle un turno con San Pedro para mañana a las 9” o ahora, en este instante, ser borrado por un meteorito que iba a pasar a mil millones de kilómetros de la tierra, pero hace 1 millón de años, por motivos que no se han documentado, cambió de dirección y te está aplastando.

Un ahora totalmente libre, sin condicionamientos, desde donde se puede recuperar toda la excitación que nos dio la infancia, instante a instante.

Pero no siempre logro mirar el plano desde el mismo lugar y con frecuencia las líneas engañan mis sentidos y allí veo la “realidad” dura, rígida, como nos la enseñamos unos a otros desde épocas que ya nadie recuerda.

Peor cuando vuelvo allí lo hago sin dejar la “madurez” y me encuentra con la posibilidad de imaginar todo, de aprehender todo y sumarle la dureza y la maldad que traigo en la mochila.

Ahí está mi libertad, mi libre albedrío. Yo, en estado puro, puedo elegir imaginar la crueldad más horrible o soportar el peso de ser tildado de ingenuo.

Pero como Bacon, también puedo estar equivocado, y lo que yo creo ingenuo es brutal para quien me rodea.

Jugar la vida como lo hacen los niños, cuando alcanzamos ese estado, siendo capaces de dejar la mochila de la maldad, allí también dejamos escapar nuestra última idea.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me gusta... Quizás un poco melancólico pero honesto.
Vamos, vamos, quiero seguir leyendo!
SaiPakora

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