(sin título)

No todo es susceptible de ser titulado

Un incendio que abrasa pero se extingue en si mismo, es un incendio
Un tsunami que avanza violentamente y luego se retira lentamente, es un tsunami
Una discusión que se caldea y se disipa, es una discusión
Una canción que termina en su último acorde, es una canción
Una histeria colectiva que alcanza su ápice de locura y se disuelve en la razón, es una histeria colectiva

Pero cuando el incendio es provocado y vuelto a alimentar cuando este ya está exhausto
Cuando el tsunami es contenido con un dique de maldad
Cuando la discusión es fogueada por otros para perjudicar a los que discuten
Cuando una canción sostiene ininterrumpidamente su último acorde
Cuando a una histeria colectiva se la provoca y alimenta, se genera un dique para que no pueda fluir, se la foguea para perjudicar a todos, se la sostiene artificialmente en su último acorde más estridente; cuando esto pasa, no hay forma de ponerle un título; porque excede a la maldad, desborda la locura mesiánica, sobrepasa el nivel tolerable de lo audible y satura la razón

Esto no puede ser nombrado, porque no pertenece al ámbito del lenguaje, no está en el alcance de la realidad, ni es explicable mediante el intelecto

Y aún así, acá está; pero por muy omnipresente, extenso e intenso que parezca, nada, ni siquiera lo innombrable, dura para siempre!

El tiempo, esa garlopa del listón de la realidad, todo, siempre, y más temprano que tarde, lo desgasta y lo devuelve al universo.

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